AFP
Los restos de vehículos blindados expuestos en la avenida central de Kiev con motivo del Día de la Independencia, que se celebra el jueves, ilustran la magnitud de las pérdidas rusas, pero no ocultan las dificultades de la contraofensiva ucraniana.
Tras meses de acopio de armamento occidental, el ejército ucraniano lanzó en junio una gran operación militar en el sur y el este para recuperar sus territorios ocupados.
Rusia aprovechó ese tiempo para construir sus líneas defensivas, que incluyen enormes campos de minas, de modo que a pesar de los encarnizados combates, los avances ucranianos se limitan a un puñado de pueblos.
Vitali, que como todos los soldados no puede dar su apellido, admite que ante un frente de unos 1,000 kilómetros, el ejército está demasiado extendido.
"Estoy de acuerdo, se está alargando", admitió el militar de 21 años, de permiso en Kiev. "Tengo la impresión de que no hay suficientes hombres ni material".
Los medios de comunicación estadounidenses empezaron a informar de que Washington, impulsor de la ayuda militar a Ucrania, se muestra cada vez más cauteloso sobre la capacidad de Kiev para retomar una parte considerable de su territorio.
Especialmente viendo que las pérdidas aumentan, con 70,000 militares ucranianos muertos en 18 meses según fuentes estadounidenses del New York Times. El balance ruso sería mayor, con 120,000 muertos, pero sus reservas son mucho más importantes, una ventaja a largo plazo.